DRCLAS y la familia Luksic nos regalaron una riquísima comunidad de colegas, amigos y cercanos -todos los Luksic Scholars-con los que seguimos compartiendo hasta hoy; y sintiendo en cada encuentro una especial empatía y unión por haber tenido el privilegio de vivir esta extraordinaria experiencia».
Mi estadía como Luksic Scholar en el querido DRCLAS en 2001, como uno de los dos primeros visiting fellows representó una etapa muy especial para mi en diversos sentidos vitales, y de alguna forma marcó un “antes” y un “después” en mi carrera profesional.
En primer lugar, respondió a un antiguo anhelo de vivenciar la extraordinaria Universidad de Harvard, teniendo un amplísimo acceso a sus cursos, en la HBS y KSG en mi caso, a seminarios doctorales con varios premios Nobel, charlas, workshops, bibliotecas, y servicios. Esto me abrió un mundo de intereses, criterios inéditos para mí y novedosas perspectivas que me siguen acompañando casi 20 años después.
Como botón de muestra, mi actual especialización y tesis de doctorado en corporate governance, siento que nació intelectualmente allá; y respondió al desafío implícito de crear impacto en la sociedad, que recibí de dicha experiencia.
En segundo lugar, tengo que destacar la tremenda calidez, apertura y extraordinaria disposición con que fui recibido en Kirkland, la vieja casa de DRCLAS, por todo su equipo, desde Steve Reifenberg, Marcela Rentería, y tantos otros que sería largo enumerar; entre quienes cabe destacar a colegas becarios:los Rockefeller Scholars de Brasil, Argentina, Nicaragua, El Salvador, Cuba, Ecuador, etc, quienes representaron una verdadera familia en Cambridge; además de brindarme nuevas y duraderas perspectivas sobre sus propios países, el mío, y los EE.UU.
Podría aventurarme a decir incluso, que esta beca me hizo redescubrir Latinoamérica, al visualizarla desde Harvard, con los novedosos elementos de juicio que me entregaron estas vivencias. En tercer lugar, y en un plano más personal, DRCLAS representó un respiro profesional; una oportunidad de reflexión, auto-cuestionamiento, y repensar mi proyección profesional.
En mi caso creo que a partir de esta experiencia pasé de ser un practitioner a un scholar-practitioner, cambiando mi orientación, foco y mis propios objetivos en mi mundo laboral.
Por último, DRCLAS y la familia Luksic nos regalaron una riquísima comunidad de colegas, amigos y cercanos -todos los Luksic Scholars-con los que seguimos compartiendo hasta hoy; y sintiendo en cada encuentro una especial empatía y unión por haber tenido el privilegio de vivir esta extraordinaria experiencia.