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Diseñadora, MBA, emprendedora y madre: Luksic Scholar Catalina Hernández cuenta cómo las ideas pueden convertirse en negocio

Catalina Hernández Infante, Luksic Scholar de Chile, quien participó tanto en los programas Conducting Business in China (CMIX) en 2009, y Babson Chile Symposium for Entrepreneurship Educators (SEE) en 2017, se recibió como diseñadora, para luego convertirse en MBA de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Asimismo, es emprendedora, conocida por ser la fundadora de Kaikai, una empresa de diseño y manufactura de souvenirs chilena, compañía que vendió a principios de este año.

Durante mi MBA, me di cuenta de que esa idea que tuve cuando tenía 15 años, de hacer hermosos souvenirs y diseños, no era sólo una idea: sino una oportunidad de negocio».

Catalina imparte un curso de emprendimiento en la Escuela de Administración de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

– Eres diseñadora y emprendedora… Cuéntanos sobre el camino hasta llegar a ser ambas y qué te inspiró:

“Cuando me gradué de la Pontificia Universidad Católica, con mi Licenciatura en Diseño, quise comenzar a trabajar en museos y en proyectos culturales, ya que mis intereses estaban en estos campos: arte y cultura, cine y exposiciones. Así que empecé a trabajar para museos en un pequeño estudio de diseño, y me encantó mi trabajo. Fue genial para un diseñador poder ver mis proyectos convertirse en realidad porque, como estudiante de diseño, haces muchos renders y proyectos, pero el semestre termina y tu proyecto es como si dijera ‘adiós’. Por suerte, he podido ver cómo mis proyectos cobraron vida”.

“Un día, de la nada, mi jefe me dijo: ‘Catalina, estoy cansada y quiero cerrar el estudio’. A lo que yo le respondí: ‘seamos socios’. Eso sí, en ese momento, nunca me había imaginado ser emprendedora, consultora o autónoma. Mi jefe, entonces, me dijo que no, hasta que, un día, se me acercó y me dijo que sí y que iniciáramos un estudio.

Yo era la que hacía las facturas, escribía los cheques y aprendía a buscar nuevos clientes y nuevos proyectos… Recuerdo haber hecho estas grandes hojas de cálculo en Excel, y que fue en ese momento en el que me di cuenta de que realmente era una emprendedora”- agrega.

Catalina, emocionada, recuerda:

“Unos años después entré al programa de MBA de la Pontificia Universidad Católica, porque me había dado cuenta de lo poco que sabía de negocios y, en mi segundo año del máster, tuve la oportunidad de viajar a China (a través del programa CMIX de Luksic Scholars). Durante mi MBA, me di cuenta de que esa idea que tuve cuando tenía 15 años, de hacer hermosos souvenirs y diseños, no era sólo una idea: sino una oportunidad de negocio».

(…) fue genial  haber sido seleccionada como parte de ese grupo e irme al extranjero, porque me sentí valorada».

“A lo largo de mi programa de MBA, también tuve un trabajo de tiempo completo; fue un tiempo muy ocupado. Luego comencé a trabajar en Kaikai con mi mismo socio. Dejé mi trabajo en el pequeño estudio, Al Tres, y partí trabajando a tiempo completo en Kaikai para obtener financiamiento y desarrollo y, en última instancia, para buscar puntos de venta”.

En Kaikai, hice casi todo, pero no soy ilustradora, aunque desarrollé todos los prototipos. Fui la principal creadora y, al principio, trabajaba sola. Luego fuimos 6 personas. Cuando comenzamos hace 10 años (en 2011), no había mucho mercado para lo que estábamos buscando hacer, y también en términos de competidores. Ahora hay mucho más».

-¿Cuál fue la mejor parte de tu experiencia en el programa Conducting Business in China (CMIX)?

Este programa fue una oportunidad increíble para cruzar el mundo. En ese momento, los programas de MBA estaban destinados principalmente a estudiantes de ingeniería masculinos que eran empleados en grandes empresas. Ese era el perfil promedio, así que fue genial  haber sido seleccionada como parte de ese grupo e irme al extranjero, porque me sentí valorada. Yo era una mujer joven, diseñadora, y todavía podía estar en un entorno completamente diferente (ir a un lugar tan lejos físicamente de Chile y culturalmente diferente también). Hasta el día de hoy, más de 10 años después, todavía tenemos un grupo de WhatsApp: todos somos amigos. Es una comunidad”.

Acerca de su experiencias como Luksic Scholar en el programa para Educadores en Emprendimiento de Babson, Hernández destaca:

“Soy profesora de emprendimiento a tiempo parcial, y enseño desde la perspectiva de una emprendedora, no necesariamente como una académica, ya que no escribo artículos ni nada por el estilo, soy práctica. Fui a Viña del Mar para el programa de Babson, el que fue muy útil para mí, ya que enseñan una forma diferente de pensar sobre el emprendimiento, fue muy personal en realidad. Te piden que pienses en ti mismo, por lo que no se trata sólo de metodología o de estudios de caso, sino más sobre quién eres».

– ¿Qué consejo le darías a tus compañeros Luksic Scholars, especialmente a los emprendedores?

“Es muy importante dejar que las cosas fluyan porque, en última instancia, creo que las cosas sucederán independientemente y, a veces, como emprendedor, estás muy estresado, presionando para que todo se haga… A veces tienes que dejar que las cosas fluyan. No significa que no estés trabajando duro, tienes que trabajar duro, pero debes confiar en tu instinto e intuición. Es una mezcla y equilibrio entre el trabajo duro y el tratar de ser más zen y confiar en tu intuición».

– ¿Qué viene ahora?

«Bueno, soy madre de un niño de 2 años, vendí mi empresa y todavía tengo mi trabajo de medio tiempo como profesora. Como mi hijo no va a la escuela, he podido pasar mucho tiempo de calidad con él. Estoy disfrutando este momento. He estado en el mundo laboral desde que me gradué de la universidad, como diseñadora y emprendedora, dueña de un negocio, y siempre tienes que empujar, empujar, empujar, así que esta es la primera vez en mi vida en la que puedo decir ‘Sé dónde termina mi trabajo’, y eso es genial.

Ahora, mis dos primos y yo estamos comenzando a hacer los primeros MVP para un nuevo negocio de leche fresca con vacas felices y libres, vinculadas a la granja lechera de nuestra familia».

Sueños y esfuerzo: el recorrido de Andreas Guillén a la universidad de Sciences Po

“Cuando el avión despegó, solté algunas lágrimas”, recuerda Andreas Guillén Meza, joven egresado del Instituto Nacional en 2019 quien, desde el 10 de septiembre, vive en la ciudad de Poitiers, Francia, donde ha iniciado sus estudios en Ciencias Sociales en la prestigiosa universidad de Sciences Po.
La emoción no era para menos: este joven de 19 años, proveniente de la comuna de Colbún en la región del Maule, nunca había tenido la experiencia de volar en avión ni de haber estado fuera de Chile. Tras adjudicarse la beca Sciences Po Quiñenco Scholarship for Chile, Guillén inició una travesía que lo mantendrá, al menos, cinco años viviendo en el extranjero.
Andreas cuenta que siempre supo que quería tener estudios vinculados a las ciencias políticas. Desde sus primeros años en básica, sintió afición por la historia, la geografía y la cartografía. Posteriormente, uno de sus pasatiempos fue la elaboración de presentaciones sobre la composición del parlamento, las fuerzas políticas al interior de los ministerios; y el debate de políticas públicas.

“Mientras estuve en el Instituto Nacional formé parte de los grupos de debate, lo que me ayudó a tener una mirada más amplia y a conocer e interactuar con personas con posturas políticas muy diferentes, lo que enriqueció mi mirada sobre el espectro político, me ayudó a derribar mitos y a argumentar mejor”, recuerda Guillén.

Otra de sus aficiones ha sido la vexilología, disciplina consistente en el estudio de las banderas. Hoy, Guillén forma parte de la naciente Corporación Nacional de Vexilología de Chile, de la que es miembro desde 2018, y cuenta con una colección de cerca de 100 banderas que llevó hasta Francia para decorar su habitación, dando cuenta de su pasión por el ámbito internacional.
Con un camino claro en cuanto a sus intereses, este joven institutano se había entregado a otro sueño: estudiar en Francia. “En el Instituto Nacional tuve clases de francés, lo que me permitió aprender el idioma. Además, las profesoras me apoyaron para rendir exitosamente el DELF en distintos niveles, por lo que cada vez me fui nutriendo más y más con conocimientos tanto de la lengua, como de la cultura francesa. Sabía que quería llegar a estudiar allá en algún momento de mi vida”.

El 9 de octubre de 2019 es una fecha que Guillén recuerda con mucha lucidez. Ese día, representantes de la universidad Sciences Po y de la Fundación Luksic Scholars, llegaron hasta el Instituto Nacional para presentar al alumnado un programa que permitiría que un joven chileno estudiara en dicha casa de estudios con una beca financiada por Quiñenco.
“Nunca había escuchado de Sciences Po, pero supe de inmediato que el suyo era el programa perfecto: una beca para estudiar Ciencias Políticas en una de las mejores universidades de Francia”, recuerda Guillén.

Desde ese momento, se abocó a cumplir con las exigencias para postular, al mismo tiempo que preparaba la PSU. No podía dejar su futuro condicionado a una única alternativa, por lo que sabía que debía seguir trabajando para entrar a la Universidad de Chile.

El esfuerzo no fue en vano. Fue el primer chileno en entregar toda la documentación necesaria para postular a Sciences Po y, tras una promisoria entrevista con representantes de la Universidad, por primera vez Andreas sintió que sus sueños podían hacerse realidad.
“A fines de abril inicié mis estudios en la Universidad de Chile, que es una gran universidad, por lo que estaba tranquilo. Si resultaba la beca, bien; pero si no, lo daría todo para hacer una buena carrera en la Chile”, asegura Guillén.
Fue el mismo día que empezó las clases en la Chile cuando recibió el correo de la universidad de Sciences Po, en el cual lo notificaban de que había sido seleccionado para cursar Ciencias Sociales en la sede de la ciudad de Poitiers, especializada en estudios latinoamericanos. Dos o tres semanas más tarde, recibiría un segundo correo, también de Sciences Po: se había convertido en el beneficiario del programa Sciences Po Quiñenco Scholarship for Chile.

“Mi mamá me dice que mientras leía el correo no mostré ninguna señal de emoción. Sólo me quedé callado, para adentro. Recuerdo que nos abrazamos y, probablemente, soltamos alguna lágrima. El 2019 no había sido un año fácil para nosotros en lo familiar y personal, y esta era una gran noticia para iniciar un nuevo año”, recuerda Andreas.

Desde ese día, todo se convirtió en una preparación para su nueva vida. Hoy vive lejos de su familia, con otros estudiantes en Poitiers, una ciudad de tradición universitaria y cerca de 90 mil habitantes ubicada en el corazón de Francia, donde estudiará por los próximos dos años.
Su adaptación a esta nueva etapa tampoco ha estado exenta de dificultades, ya que llegó a Francia poco antes que se empezarán a registrar los primeros rebrotes de coronavirus en el Viejo Continente. Hoy, Andreas se encuentra en una rutina que combina clases presenciales con algunas remotas, al mismo tiempo que busca asentarse en el lugar que será su hogar por los próximos 24 meses.

Una vez cumplido ese plazo, deberá elegir un país diferente a Francia y a Chile para cursar su tercer año de pregrado, antes de dirigirse por dos años más a París a realizar sus estudios de posgrado.
“No tengo claro aún qué cursos de especialización tomaré ni a qué país me iré durante el tercer año, pero tengo tiempo para analizarlo y evaluar todos los factores que inciden en la decisión”, afirma Andreas mientras comenta que el entorno de Poitiers le recuerda a su natal Colbún. “Sus campos y ríos son muy similares. Da un poco de nostalgia”, concluye.

Verónica Figueroa Huencho, la académica mapuche que investiga en Harvard

Verónica Figueroa Huencho, nuestra actual beneficiaria del programa Luksic Visiting Scholars en el David Rockefeller Center for Latin American Studies de la Universidad de Harvard, es Administradora pública de la Universidad de Chile, Ph.D. in Management Sciences (ESADE-Universidad Ramón Lull), Postdoctorada del Center for Latin American Studies de la Universidad de Stanford.

Verónica posee una vasta experiencia en el área académica, en temas de género y, por sobre todo, en la búsqueda por la incoporación a los ámbitos públicos de los indígenas en Chile y su acceso a mejor representatividad.

Su terreno de estudio fundamental elabora el proceso de formulación e implementación de políticas públicas indígenas en contextos de diversidad, donde cuenta con publicaciones en revistas indexadas ISI, además de libros y capítulos de libros en editoriales nacionales e Internacionales.

Conversamos con ella para adentrarnos en su línea de investigación principal y entender el contexto en el que nos encontramos en Chile.

¿Cuáles son los principales desafíos en cuanto a diversidad y representación?

En cuanto a la representación de los pueblos indígenas, uno de las grandes limitantes que existen hoy es que, en el caso de Chile, al igual que en el resto de Latinoamérica, la mayoría de los estados han tomado los modelos de Estado-Nación. Entonces, se entiende que cuando los estados rigen en territorio lo hacen de manera homogénea. Eso tiene que ver también con que cuando se crearon los estados latinoamericanos, y el Estado de Chile en particular, tuvieron que ver cómo sería conformar un ideal de nación que no se correspondía con las naciones preexistentes, entendiendo que no aportaban al desarrollo. Se les consideraba seres bárbaros, salvajes, y la idea era crear un estado moderno, un estado mirando a la sociedad europea y eso hizo que en esta lógica de Estado-Nación -un grupo de personas que comparten un idioma, etc.- el Estado partiera sobre la base de la negación… Eso siempre, por supuesto, para los pueblos indígenas ha sido una traba para poder avanzar hacia sistemas de representación efectiva.

Estos tipos de problemas muy complejos no se van a solucionar desde una sola mirada, por eso, lo que propongo es intentar identificar cuáles son las principales dimensiones o las principales variables que podrían ser tomadas, en este caso por el Estado de Chile, que debieran de cambiar para favorecer nuevas reglas de juego para contar con la participación de los pueblos indígenas, y que pronto, pueda favorecer a construir una sociedad mucho más inclusiva, diversa, que no vea a los pueblos indígenas como algo folklórico o como algo anexo, sino como algo que enriquece a la nación chilena y como un pueblo que tiene derechos que, además, han sido reconocidos de manera progresiva en el marco internacional y que el Estado de Chile ha ido ratificando también a través de distintos pactos y convenios, pero cuyas adecuaciones institucionales no han sido suficientes.

La gran pregunta para mí es cuál es el modelo de gobernanza que debiera implementarse en el caso de Chile, de manera de considerar los derechos de los pueblos indígenas como sujetos políticos y favorecer, por supuesto, una mejor convivencia que -yo creo- que es lo que todos esperamos.

Entonces, cuál sería el principal desafío en la representación, es que tiene que ver con esta lógica entre el pensamiento occidental y aquel pensamiento no occidental y, por lo tanto, la manera en que representa el pensamiento de los pueblos indígenas.

Quizá otro elemento tiene que ver con la necesidad de un cambio cultural y mental, porque mientras quienes estén en la toma las decisiones solamente validen una forma de pensamiento, lo más probable es que su relación con los pueblos indígenas se establezca de manera jerárquica, de manera de subalternos y los miren como poseedores de un conocimiento alternativo. Entonces, me parece que también se necesita un cambio cultural para poder igualar, en términos de estatus, la valoración de los conocimientos que provienen de los pueblos indígenas.

¿Cómo crees que han evolucionado, en la última década, las temáticas vinculadas a equidad e inclusión en Chile?

El término de representación de derechos indígenas es uno de los más precarios y, si comparamos con otros países latinoamericanos y otros países a nivel mundial como Nueva Zelanda, Canadá, Australia, claramente lo que vemos es que en esos casos, los estados han cedido espacios de derechos para una representación de la multiculturalidad. Nosotros, como pueblos indígenas, hablamos de la necesidad de la interculturalidad porque en un territorio coexisten distintos grupos que tienen, por supuesto, culturas diferenciadas, pero las reglas del juego de las culturas hegemónicas obviamente han incentivado el uso de un solo idioma, de una sola vestimenta, y esto llevó a que los pueblos indígenas tuviéramos que llevar nuestra cultura al ámbito privado, principalmente, al ámbito de las familias y, por lo tanto, salimos de los espacios públicos, de los espacios educativos, de los espacios de toma de decisión.

Los pueblos indígenas no tenemos ningún sistema de representación específica en la institucionalidad del Estado y en ninguno de los poderes. La ley, de forma bastante limitada, hace referencia a la existencia de etnias en el territorio de Chile con lo cual, de alguna manera, eso limita el ejercicio efectivo de derechos que tenemos en cuanto nación, es un concepto jurídico distinto por un estándar, un estatus distinto.

¿Qué nos puedes decir sobre “convivencia y gestión multicultural”?

Al hablar de convivencia y gestión multicultural yo creo que lo que no podemos obviar, en la actualidad, es el enfoque de derechos, que ha sido muy potente para poder situar las demandas de los pueblos indígenas ya no como meros campesinos, pobres ciudadanos de un territorio, sino más bien como sujetos de derechos diferenciados y, por lo tanto, con derecho a tener sistemas de representación diferenciada.
Hoy día, lo que no puede pasar es que exista un pensamiento que crea que lo indígena está asociado a lo pre-moderno y que no tenemos qué aportar al desarrollo. Creo que desde el conocimiento indígena han surgido propuestas muy potentes de gestión de flora, de gestión de espacios territoriales, de contribución al medio ambiente. Esto puede convertirse en una manera de mejorar. Lo que no puede pasar es que limitemos nuestras propias posibilidades de desarrollo porque somos incapaces de valorar el conocimiento que proviene de otros espacios como son los conocimientos indígenas. Queremos contribuir a este territorio, pero no desde una visión subsidiaria residual, sino como actores clave.

Verónica Figueroa Huencho, PH.D en Harvard, Massachussets, Estados Unidos

¿Qué hace hoy a un buen ciudadano en esta materia?

Reconocer la diversidad intercultural, porque no hay un sólo tipo de ciudadano, no existe sólo un bien común, existe un mismo objetivo de buena convivencia y múltiples formas de llegar a ella. Tiene que ver con la representación y la participación de los pueblos indígenas; tiene que ver con que un buen ciudadano es un ciudadano intercultural.

Según tu visión y experiencia, ¿faltan espacios de discusión y redes de apoyo en América Latina para personas de ascendencia indígena?

Sí, faltan espacios.

Ahora, aquí lo que nosotros estamos planteando es que esta lógica asistencialista- paternalista que ha tenido el Estado con nuestros pueblos ha sido bastante nefasta porque ha generado una idea de dependencia (así nos ve la ciudadanía chilena, la sociedad occidental).

Considerar que hay personas indígenas que hoy día tienen las capacidades, los conocimientos para que puedan participar de las lógicas de formulación de política e identificar mejor a las políticas públicas con nuevas visiones y mejorar los sistemas de implementación de estas políticas.

Es muy importante incorporar a otros actores y que se entienda que no estamos pidiendo asistencialismo, estamos pidiendo nuestro derecho legítimo a participar y representar a nuestros pueblos porque tenemos la capacidad para eso, pero también, eso requiere de una articulación con otros actores y el mundo empresarial es fundamental, la sociedad misma es fundamental, las ONG también para poder avanzar en materia de gobernanza.

Como académica mapuche, ¿cuál sientes que sería tu mayor aporte al debate sobre las reivindicaciones del pueblo mapuche?

Me parece que una oportunidad como la de estar en la universidad de Harvard tiene que ver con descolonizar, con cómo desde un espacio de una élite tan potente como es la que se forma en esta universidad se puede contribuir. Creo que mi principal rol es entregar argumentos, información para que los pueblos indígenas, en este caso el pueblo mapuche, tenga mejores herramientas para discutir, para argumentar, para ser representado frente al Estado, frente a las empresas, frente a los distintos actores de poder. A mí me parece que allí es donde yo puedo hacer una contribución importante.

Profesores chilenos en Sciences Po, Francia

La última semana de junio, cinco profesores chilenos tuvieron la oportunidad de asistir a un seminario de desarrollo académico para universidades chilenas en la prestigiosa casa de estudios francesa Sciences Po, bajo el programa Faculty Seminar at Sciences Po.

El taller, denominado “Integrando la Diversidad Pedagógica: Enseñanza Semi-presencial e Impacto Educacional” permitió compartir prácticas y pensamientos de enseñanza y aprendizaje junto a otros profesores de Harvard, LSE, King’s College y universidades de Asia y África, entre otras.

De la misma manera, Sciences Po diseñó un programa a medida para los profesores chilenos, a través del cual se les presentó diversas divisiones de esa institución dedicadas a la innovación pedagógica.

Conversamos sobre educación con los cinco Luksic Scholars que participaron de este seminario y aquí pueden ver las conclusiones más relevantes, en la voz de cada uno:

Manuel Gárate (Pontificia Universidad Católica de Chile)

  • ¿Cómo ve el escenario educacional en nuestro país?

El escenario educacional está bastante agitado debido a diversas reformas que se han agregado en cadena los últimos años sin haberlas consolidado y con problemas de financiamiento. Las políticas educacionales a nivel escolar y universitario debieran ser una cuestión de estado y de largo plazo, fruto -además- de consensos importantes. Sin embargo, al mismo tiempo vemos que por primera vez tenemos a tantas personas recibiendo educación en todos los niveles y por lo tanto el país va a cambiar rápidamente. Si a eso le sumamos el cambio tecnológico, nos enfrentamos a desafíos enormes a nivel de la educación y las posibilidades de adaptarnos a eso.

Magdalena Claro (Pontificia Universidad Católica de Chile)

  •  ¿Qué podría decir que Chile necesita para “mejorar» en los ámbitos académico y pedagógico?

Pienso que es fundamental transformar la manera de organizar la relación con el conocimiento y experiencia pedagógica que ofrecemos a los estudiantes. Las instituciones educativas debieran ser espacios donde los estudiantes adquieran el conocimiento y herramientas para poder aportar de forma creativa y crítica al desarrollo del conocimiento y al diseño de soluciones a los problemas de nuestra sociedad.  Para ello, es fundamental que revisemos la organización fragmentada en departamentos y disciplinas independientes de las instituciones educativas, para ofrecer una formación más integrada y organizada en torno a problemáticas y experiencias.

César Albornoz (Pontificia Universidad Católica de Chile)

  • ¿Cómo cree que fue la experiencia del seminario, qué le dejó en lo personal y en lo profesional?

Antes que todo, me parece pertinente explicitar el lugar del que voy a responder. Ese lugar es el de un Doctor en Historia que ejerce como profesor universitario, académico por más de 25 años en la educación superior chilena, con una carga de semestral de al menos 4 cátedras distintas, lo que implica una relación directa con al menos 300 estudiantes al año.

Desde esa base, la experiencia del seminario fue particularmente significativa. No puedo, por lo mismo, separar lo personal de lo profesional. Sí, en cambio, distinguiría algunas causas que explican lo significativo de la experiencia.

Primero, por haber incorporado justamente a una figura como yo: profesor. Muchas veces estas instancias carecen de agentes fundamentales en el proceso que se está estudiando, y éste no fue el caso. El compartir ideas, conceptos y experiencias con distintos actores de la educación superior, fue particularmente constructivo.

Segundo, la excelencia de las jornadas académicas fue notable. La intensidad de los trabajos y la contundencia de los contenidos, bien le hace honor al prestigio de Sciences Po y su cuerpo académico.

Tercero, el compartir con un equipo –chileno y europeo- de alta excelencia le otorga consistencia y contundencia a la semana de trabajo. Los aprendizajes obtenidos y compartidos son inolvidables.

Norma Muñoz del Campo (Universidad de Santiago de Chile)

  • ¿Cuál puede ser el impacto de una actividad así, dado el conocimiento intercambiado, para la educación/ enseñanza en Chile?

A nivel mundial existe un debate sobre la innovación pedagógica que implica, en términos generales, qué es aprender y qué es enseñar hoy en un mundo global e invadido por las tecnologías (que no siempre están en nuestro favor).

“Los profesionales que el mundo necesita ya no son los de antes” es una frase que se repite mucho y cuya respuesta es bastante menos evidente. El ejemplo salta a la vista y es revelado por todos: las universidades seguimos enseñando de la misma manera que a inicios del siglo XX.

La innovación pedagógica reflexiona sobre las dinámicas de los procesos de enseñanza-aprendizaje (que no quedan sólo en el aula, esa es su ventaja hoy con el desarrollo de las TIC).

Lo complejo es que se trata de un campo en construcción, que no se aprende necesariamente en los libros sino que en compartir experiencias, en hablar juntos y compartir juntos.

Finalmente, yo trabajo en el ámbito de las políticas públicas, un área donde hay mucho que hacer en materia de innovación docente, porque la innovación en políticas públicas está asociado en el desarrollo de habilidades y actitudes que lleven a la innovación, un desafío que se suma a los anteriores, mucho que hacer!

Roberto Pardo (Universidad Adolfo Ibáñez)

  • Como conclusión, ¿qué podría agregar?

En Chile queremos enfrentar los problemas complejos, la diversidad y la incertidumbre desde intentar hacer mejor lo que veníamos haciendo. Precisamente, Sciences Po, emprendió recientemente profundos cambios, innovando lo que venían haciendo desde hace 150 años, bajo la premisa que estamos enfrentando un “mundo en plena mutación”, “una crisis sin precedentes”. Tenemos que hacer cambios más radicales en el ámbito educativo. 

Luksic Scholars en Schwarzman College, China

En esta oportunidad, hemos conversado con Hugo Wood, Luksic Scholar panameño y Felipe Flores, Luksic Scholar chileno. Ambos estudiantes representantes latinoamericanos beneficiarios de la beca Schwarzman College Luksic Fellowship.

Si bien los antecedentes académicos de estos jóvenes son disímiles, se adentraron en un mundo en el cual tanto los estudios en humanidades como en ciencias naturales y exactas son bienvenidos y hasta pueden cohabitar.

Hugo, abogado, emprendedor social y defensor del desarrollo humano, recientemente graduado de Schwarzman College narra cómo fue vivir y estudiar un año en Pekín, China.

Felipe, titulado en Human Developmental and Regenerative Biology, y Física, nos cuenta qué espera del exigente curso en Schwarzman College, emplazado en el gigante asiático.

Experiencia vs. Expectativa

Aquí podrán leer nuestra conversación con Hugo Wood y, más abajo, con Felipe Flores:

¿Cuál es el impacto para ti, en lo profesional y personal, de haber estudiado en Schwarzman College?

Luego de vivir un año en China y de estudiar en Schwarzman College, puedo decir que mi entendimiento general sobre China, su historia, cultura, gente, política, economía, etc., ha incrementado considerablemente. Ahora, más que poder comunicarme en mandarín, o ver las diferencias entre las diferentes partes del país, comencé a entender muchas dinámicas acerca de su funcionamiento que, sin vivir en él, hubiesen sido muy difíciles de captar. Sin duda, el principal impacto fue comprender lo mucho que hay que estudiar al gigante asiático y lo poco que se sabe en América Latina. Estamos muy alejados de Asia y es imperante el continuo intercambio entre personas para reducir las brechas existentes. 

¿Cómo es vivir en China?

Podría describir mis vivencias China a través de muchas páginas, pero puedo resumirlo como una experiencia de amor y angustia y en ocasiones mezcla de ambos sentimientos. La cultura China en su conjunto es probablemente la más lejana a la occidental. En el idioma, las costumbres y la forma de ver la vida en general son complejas y puede ser difícil la adaptación. El idioma es una barrera y su aprendizaje puede ser sufrido, sin embargo, tiene maravillas como una oferta gastronómica exquisita, el fácil y eficiente sistema de pagos electrónico, aplicaciones ultramodernas como WeChat que combinan Facebook, WhatsApp e Instagram en una sola o Taobao que es un Amazon con esteroides. Tuve la oportunidad de viajar y disfrutar la red vial ferroviaria más extensa y moderna del mundo, así como explorar el increíble desarrollo de ciudades como Shenzhen, Chengdu o Hangzhou, que hasta hace poco eran desconocidas y ahora son ejemplos de desarrollo económico y social. En China también se puede disfrutar de una gran oferta cultural, debido a una milenaria civilización que desde que se abrió en 1978, se ha convertido en un destino con mucho para ofrecer al mundo. 

Principales desafíos de estudiar y vivir en la misma casa de estudios

De los principales desafíos fue estar tentado a quedarme dentro del edificio y dejar de conocer o exponerme al resto del campus universitario, de Pekín y de China en general. También en ocasiones se puede perder perspectiva de la realidad de la vida estudiantil ya que en el mismo complejo se ofrecen muchas comodidades que fuera de ahí son impensadas en China e inclusive en el mundo. 

¿Cuál fue la mejor lección que aprendiste en Schwarzman College?

Que, pese a lo diverso del mundo, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Reafirmé mi convicción de la lo importante de formar parte de una comunidad global y de entender varios de los desafíos más importantes de nuestra era, desde una perspectiva más amplia. Programas como Schwarzman conectan y acercan a personas muy diversas, pero con gran potencial y luego de vivirlo, puedo decir que esas plataformas marcarán la diferencia en el futuro entre un mundo más unido o polarizado.  

Consejos o recomendaciones para otros Scholars

Mi principal recomendación es que salgan de su zona de confort y desafíen sus convicciones. Desde China todo luce diferente y se debe estar abierto a comprender diferentes puntos de vista para verdaderamente sacarle provecho a la experiencia y crecer. Agregaría que sin importar de dónde seas, país chico o grande, con una economía grande o pequeña, sé orgulloso de tu identidad y participa sin temor compartiendo tus vivencias e interrogantes, por más que en ocasiones pueda ser abrumador. Los invitaría a que viajen por China y Asia, lo urbano, lo rural, lo civilizado y lo que está en desarrollo, los templos y los rascacielos, y que interactuaran constantemente con personas, locales y extranjeros para entender mejor al país y la región. 

¿Cuáles son tus próximos pasos?

Me estaré trasladando a Londres para realizar estudios en Políticas Públicas con énfasis en Métodos Cuantitativos en the London School of Economics and Political Science (LSE), como becario Chevening. 

¿Crees que más latinoamericanos debieran tener tu misma oportunidad? ¿Por qué?

América Latina es, junto a África, la región más subrepresentada en Schwarzman College. Es una región que históricamente ha estado alejada de China y por ello tenemos mucha capacidad de cooperar, aprender e incrementar el nivel de interacción que se tiene con el país. Como apunta Steve Schwarzman, China ya no es una materia electiva, se ha convertido en obligatoria para poder liderar o participar efectivamente a nivel global. Asia en general tiene mucho que aportar a nuestra región, la más desigual del mundo, y debemos mirar atentamente a lo que sucede allá y sus interesantes historias de éxitos en países como Vietnam, Singapur o China que han mejorado considerablemente la calidad de vida de sus habitantes. Entre más latinos puedan estar preparados para afrontar los retos de la región teniendo una mirada hacia Asia, más capacidad tendremos de mirar con luces largas al futuro. 

Algo que quisieras agregar…

Quisiera destacar y aplaudir la visión de programas como Luksic Scholars, que, de manera objetiva, apuntan a invertir y desarrollar el potencial de jóvenes interesados en mejorar el estado de su comunidad. En los hombros de las presentes y futuras generaciones estará la capacidad histórica de afrontar retos que redefinirán el mundo como la IV Revolución Industrial, el cambio climático y la creciente población mundial. 

Hugo Wood en su graduación

Felipe Flores, por su parte, nos señala con entusiasmo:

¿Cuáles son tus expectativas respecto de acudir a Schwarzman College?

Yo diría que hay dos grandes expectativas. Primero, y por sobre todas las cosas, tengo muchas ganas de conocer gente con intereses o aspiraciones similares a las mías. Desde el momento de la entrevista se notaba que los candidatos son gente muy diversa y con grandes sueños. Yo también los tengo y estoy emocionado por compartirlos. Segundo, tengo la esperanza de que vivir en China sea algo genial. Es un país riquísimo en cultura y en oportunidades y claramente el futuro líder de la economía mundial. Ser parte de todo eso viviendo allá y aprendiendo a comunicarme en mandarín se ve como una gran oportunidad para mi futuro.

¿Cuál crees podría ser el impacto de estudiar allá, tanto para tu vida personal como profesional?

Desde mi perspectiva, el programa me abre las puertas del mundo. Dentro de la gente que voy a conocer seguramente hay futuros CEOs, activistas, diplomáticos, ministros. ¡Quién sabe qué más! Todo eso significa que tendré amistades y conexiones profesionales en todo el mundo, además de las amistades que traigo conmigo desde la universidad. Como siempre, espero ser un buen «embajador» de nuestro país y hacerle sentir a mis compañeros de Schwarzman que tienen un amigo y hogar en Chile si alguna vez desean visitar.

¿Qué piensas de China?

Honestamente sigue siendo algo bastante misterioso para mí y creo que para todo el occidente. Tanto la barrera idiomática, como las diferencias culturales nos distancian de China. Lo que oímos sobre el país, lo recibimos de otra gente con sus propias opiniones, entonces es difícil hacerse una idea propia sin haber estado allí. Sin embargo, creo que como sociedad global debemos tomarnos en serio la gran influencia económica y cultural que serán en lo que queda del siglo. No me extrañaría que en el futuro la gente trate de aprender mandarín de la misma forma que hoy se trata de aprender Inglés. Dicho todo eso, me parece un lugar extraordinario para formarme académica y profesionalmente.

A priori: ¿qué crees que harás una vez terminado el curso?¿Cuáles son tus futuros planes, si los hubiere?

Está un poco indeterminado, pero de una buena forma. Tengo varias avenidas por las cuales irme, incluyendo estudios doctorales, emprendimiento o el mundo laboral. Si está indefinido es porque todas suenan muy atractivas y a mi alcance. Planeo determinar cuál calza mejor conmigo durante mi estadía en China.

Deja un mensaje para el Felipe del futuro, el que habrá terminado sus estudios en Schwarzman.

“Siempre mirando para arriba, compadre. Eres capaz de lo que se te ocurra y ahora tienes las herramientas. ¡Dale con ganas!”.

Felipe Flores antes de partir a China

Finalmente, podemos decir que estos dos estudiantes no sólo tienen en común ser parte de nuestra comunidad y de Schwarzman, sino el querer convertirse en agentes de cambio para América Latina.

Estudiantes chinos de intercambio en Chile

En los primeros días de julio, cinco estudiantes de grado de Fudan School of Management, China, llegaron a nuestro país gracias a un intercambio con la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile bajo el programa Chilean Immersion Program for China.

El intercambio, que tiene una duración de dos semanas, permite a los estudiantes no sólo tomar clases de negocios y de español, sino también visitar diversas compañías, además de conocer Santiago y alrededores, prometiendo una experiencia inmersiva completa en la cultura chilena.

Al respecto, estuvimos conversando con estos cinco jóvenes chinos: Jiaming (Gavin) Wu, Zhouchen (Yolanda) Xu, Yi (Eve) Zhang, Yue (Ewan) Zhang, Yifan (Ivan) Zhang quienes nos contaron sus experiencias.

Ewan describe su estadía de la siguiente manera: “Creo que todo aquí en Chile es bastante asombroso, la comida, los paisajes y la gente. El vino es maravilloso y como hay mucha exportación a China, espero poder probarlo allí. Quiero conocer más de Chile, viajar”.

Iván, por su parte, agrega: “Fue un viaje largo, ¡pero lo vale! La Facultad de Economía y Negocios es muy buena, las clases son interesantes, las de español sobre todo, además de las otras actividades que organizaron. He aprendido mucho. Creo que vendré a Chile por una segunda vez, es un gran país”.

Eve comenta: “Es un placer venir a este país maravilloso que, si bien queda lejos de mi ciudad natal, realmente vale la pena. La facultad ofrece excelentes clases de español. El profesor que enseña sobre negocios en América Latina es bien reconocido y nos ha dado muchos insights del panorama económico. Me han encantado las visitas a compañías, sobre todo al viñedo. Espero poder venir de nuevo a Chile, quizás en algunos años más”.

Yolanda señala que: “Es mi primera vez en América Latina y es una experiencia maravillosa para mí que me ha dado la oportunidad de explorar el mundo, de experimentar más posibilidades acerca de cómo este puede ser”.

Por último, Gavin añade sobre la experiencia en sí: “En verdad siento que es fantástica; en clases hemos aprendido muchas cosas sobre América Latina, como su historia, economía y negocios. Es un lugar en desarrollo con ciudades muy interesantes y con gente de la cual he aprendido un montón. La verdad es que venir a Chile ha sido muy útil, pese a las 30 horas de vuelo que nos tomó venir hasta aquí” (dice entre risas).

Entrevista a Justin Gong, Luksic Scholar chino en Chile

Chengyao Gong (Justin, su nombre occidental) es un alumno chino de intercambio de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile del programa Chile-China Undergraduate Exchange. Proveniente de la escuela de negocios Guanghua, de Peking University, este estudiante nos cuenta cómo ha vivido su primera experiencia en Chile y Sudamérica.

¿Por qué te interesó venir a Chile, qué te atrajo de aquí?

“Chile” en chino se llama “Zhili”, y se pronuncia igual que “inteligente”, así que básicamente vine a Chile para ser más inteligente (dice entre risas). Asimismo, vine aquí para aprender sobre su cultura, y las culturas latinas. De Chile sólo tenía conocimiento de su figura larga y estrecha en el mapa. Y quiero conocer el Chile real. También quise venir aquí porque trabajé varios años en la industria del vino. Me encanta el vino chileno, es de alta calidad, pero no tan conocido como el vino francés, lo cual pienso que es una lástima. Escribo como colaborador independiente en una revista de vinos china, así que pretendo visitar algunas viñas aquí y escribir un artículo para promover el vino chileno.

¿Cuáles son las diferencias que has notado entre Chile y China?

La forma de vivir. Los chilenos son más relajados, disfrutan más la vida, mientras que los chinos, sobre todo de ciudades grandes, viven siempre apurados, todos los días son súper ocupados, no disfrutan tanto.

¿Qué es lo mejor que has hecho en Chile hasta ahora? ¿Y la mejor comida que probaste?

Fui a Torres del Paine. Asombroso, me impactó realmente. Lo otro es que puedo vivir las cuatro estaciones en un día, increíble.
La gente es amable aquí. Tomé clases de zumba y salsa y, si bien no pude entender el significado de las canciones, pude entender la actitud, la sensación de que están realmente felices, desde adentro.
En cuanto a la comida, empanadas y completos pero, sobre todo, la fruta, tan dulce y jugosa. ¡Tanta variedad!

¿Le recomendarías a tus amigos que vinieran a Chile?

Sí, estoy planeando hacer una serie de videos que muestren las diversas perspectivas de Chile, que sean bien vívidos. Hay vistas hermosas, comida, gente, festivales y más.

Justin en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile

¿Qué le dirías a tus pares chilenos para que fueran a China?

China es un país misterioso para muchos. Es difícil definirla con sólo algunas palabras. Una historia de más de 5.000 años, gran población, grandes mercados. China tiene 56 grupos étnicos diferentes, lo cual crea un ambiente multicultural único. Tienes la posibilidad de viajar por distintas ciudades, cada una con características propias: Si te gusta la historia, ve a Beijing, Xi’an o Nanjing. Si lo tuyo es el estilo internacional y moderno, Shanghai y Shenzhen. ¿Naturaleza? Yunnan, los Himalayas y el Tíbet, desiertos de Xinjiang, gran vista de lagos en Qinghai y océano en Hainan.

¿Qué piensas acerca de este programa de intercambio?

Este programa de intercambio es increíble. Me ha provisto de una gran oportunidad para mirar de cerca a Chile, no sólo en la teoría, sino también en la práctica. El conocer a personas con distinto background, escuchar diversas ideas de negocios, diversas perspectivas, desde profesores, profesionales y compañeros. Si no me hubiera inscrito al programa, me habría perdido de todo esto.

¿Qué mensaje le dirías a tus amigos de China y a tus amigos de Chile?

Es simple.
A los de Guanghua, China: vengan a Chile. A mis amigos chilenos: vayan a China.

Por último, ¿hay algo que quisieras añadir?

Hay un antiguo dicho chino que dice algo así: “Embárcate en un viaje de 10.000 millas de exploración física mientras lees 10.000 libros”.
Quiere decir que si estudiar mucho no es suficiente. Tienes que caminar el mundo.

Luksic Scholar se gradúa del MIT

Danilo Rocha Limoeiro, Luksic Scholar brasileño,  se graduó el pasado 7 de junio del MIT como Doctor en Ciencias Políticas, habiendo sido seleccionado como Luksic Scholar el año 2016 en el programa MIT Political Science Luksic Fellowship.

Tiene 37 años y, anteriormente, cursó un Máster en Filosofía en Oxford, además de trabajar siete años para el gobierno federal de Brasil.

Aquí podrán ver una breve entrevista:

¿Por qué decidiste ir a MIT para obtener tu doctorado?

Quería mejorar mis habilidades cuantitativas y técnicas, por eso me pareció mejor el MIT.

¿Cómo ha sido tu vida en Cambridge, Estados Unidos?

La vida en Cambridge puede ser difícil a veces. Además, siendo de la parte central de Brasil, una región muy seca, estaba acostumbrado a tener sol todos los días. Así que el adaptarse al clima de Nueva Inglaterra fue todo un desafío. Asimismo, la presión del MIT es bien grande, siempre con una gran carga de trabajo. A los estudiantes de doctorado, sean pacientes porque el programa es muy largo, pero entiendan que el trabajo duro finalmente se recompensa.

¿Cuál fue el impacto de la beca Luksic en tu vida?

¡Gran impacto! La beca Luksic me permitió venir aquí, a una de las mejores instituciones educativas del mundo y ciertamente me transformó, no sólo en mi trayectoria profesional, sino que también me cambió mucho como persona. He desarrollado una “piel más gruesa” trabajando en proyectos bajo presión a largo plazo. Creo que es una gran habilidad.

Cuéntanos un poco acerca de tu tesis

Claro, mi tesis se llama (en idioma original): “Gatekeepers of Prosperity: how the state and business block the path towards functioning market economies in developing countries.”

Intenté investigar por qué tantos países en desarrollo, especialmente en América Latina, tienen un pobre ambiente de negocios. Quise saber por qué los costos de hacer negocios en países pobres son altos, cuáles son las políticas tras esos costos.

Ahora que obtuviste tu doctorado, ¿cuáles son tus futuros planes? ¿Volverás a tu ciudad natal?

No pretendo tener una carrera académica, como pensé, sino que decidí que con el conocimiento que obtuve del MIT sobre estadísticas y máquinas para empezar mi propio negocio. Ahora estoy viviendo en San Pablo, Brasil, trabajando en la compañía start-up de la cual soy co-fundador. Nuestro objetivo principal es usar nuevas tecnologías, como el análisis de datos, para disminuir en costo de hacer negocios en países en vías de desarrollo. Estamos comenzando con el gran desafío de mejorar las políticas de impuestos en Brasil. Actualmente, mi país tiene el sistema impositivo más complejo del mundo, conlleva un promedio de 2.000 horas para una compañía el tener cumplimiento fiscal. Estamos trabajando en este tema con una plataforma que hace más expedita la búsqueda de leyes de impuestos y predicción de patrones.

Un mensaje para futuros Luksic Scholars

No olviden lo afortunados y realmente privilegiados que son en estudiar en universidades tan destacadas, así que traten de “devolver la mano” haciendo del mundo un mejor lugar. Piensen en cuál va a ser su impacto y su legado para el mundo.

Así será el desembarco en Chile de la Universidad de Tsinghua, la Harvard china

El diario Las Últimas Noticias da cuenta que para el mes de julio de este año estará instalado en Chile el primer Centro para Latinoamérica de la prestigiosa Universidad Tsinghua, que según distintas mediciones internacionales se encuentra entre las mejores casas de estudio de Asia y del mundo.

El desembarco de la Universidad Tsinghua en Chile será financiado por la familia del empresario Andrónico Luksic, y la misión principal de dicho centro, según explicó desde Estados Unidos el director de Luksic Scholars, Jeff Swiryn, “será mejorar el conocimiento de la universidad e influencia en la región (Latinoamérica), promoviendo e implementando una estrategia global y realzando su marca y reputación. Asimismo, se desempeñará como un centro regional de admisión, con el fin de aumentar la cantidad de postulaciones desde América Latina a la Universidad Tsinghua, mejorando de este modo la diversidad del alumnado internacional en el campus de Tsinghua”.

Ranking y Piñera

Esta semana la revista británica Times a través de su ranking Times Higher Education’s Asia University, situó a Tsinghua como la mejor casa de estudios de continente asiático, por sobre la Universidad Nacional de Singapur y la Universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong. Tsinghua, fundada en 1911, tiene su sede central en Beijing y recibió recientemente la visita del Presidente de la República Sebastián Piñera, a quien se le entregó un doctorado honoris causa. Otra particularidad de Tsinghua es que en sus años de juventud el líder chino, Xi Jinping, estudió allí la carrera de ingeniería química.

Intercambio

Jeff Swiryn especifica que el centro Tsinghua en Chile tendrá sus oficinas en la comuna de Las Condes, y en él trabajarán tanto chinos como chilenos que estarán, entre otras tareas, a cargo de “reclutar más chilenos para que estudien en Tsinghua, además de colaborar y asociarse con otras universidades en Chile y Latinoamérica para investigación en las áreas de Administración, Economía, Ciencias, Tecnología, Ingeniería, entre otras, además de fomentar intercambio de alumnos y profesores, chinos y chilenos”. El centro de Tsinghua será el cuarto en el mundo fuera de China, los otros están en Indonesia, Italia y los Estados Unidos.

Y agrega: “Tsinghua piensa que la relación entre China y Chile es importante y ésta no puede realizarse solo a nivel de los gobiernos, sino también a través del intercambio académico. Se busca hacer más fuerte nuestra relación, empujando el conocimiento y el entendimiento entre culturas que son muy diferentes. Hay muchos académicos y universidades en Chile que hacen trabajos muy importantes relacionados con China, y la instalación de un espacio físico también les debiera ayudar”.

Swiryn comenta que en la práctica en el centro se realizarán conferencias, seminarios, intercambios y workshops de temas relacionados con China, investigados por universidades chilenas. Actualmente Tsinghua colabora desde hace 12 años con el MBA de la Universidad Católica, en un programa de intercambio de alumnos chilenos y chinos que vienen a Chile. Este es un programa que ha sido financiado por el Banco de Chile y en el que han ido 220 chilenos a China y otros 220 chinos han venido a Chile. Recientemente también se firmó un convenio de intercambio y cooperación entre la Escuela de Periodismo y Comunicación de Tsinghua y el Instituto de la Comunicación e Imagen, ICEI, de la Universidad de Chile.

Fuente: LUN

Luksic Scholars en los medios

El medio T13 recogió la experiencia de tres estudiantes chilenos de pregrado de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile que se encuentran de intercambio en China, gracias a una beca otorgada por la familia Luksic.  Asimismo, el noticiario entrevistó a Gavin Wang, un estudiante chino que vivió seis meses en Chile en el marco del mismo convenio.

Los invitamos a ver la nota completa aquí.